La Gestalt. Leyes y principios.
Gestalt
La teoría de la Gestalt es una corriente de la psicología enfocada en el estudio de la percepción humana, la cual no reduce el comportamiento de las personas solo a lo que es observable y medible, como ocurre en el enfoque cognitivo conductual.
Ángeles Martín, en su Manual práctico de Psicoterapia Gestalt, un libro fundamental para cualquier persona que se inicie en este campo, establece que “Los fenómenos ocurren dentro de un campo, y estos fenómenos no se dan como algo aislado -unos elementos no están aislados de otros- sino que están en función de la organización de ese campo. Imaginemos que el cuerpo es un campo; pues bien, todos los fenómenos que se dan en él no se dan aislados, sino que están en función de las características y del estado general de esa persona, y el conocimiento de los elementos por separado no nos permite deducir el sistema en el que se encuentran”.
En definitiva las personas organizamos como un conjunto, todo lo que percibimos del entorno, a través de los sentidos de forma consciente e inconsciente, sin darnos cuenta de que es la suma de muchas partes. El proceso por el cual nuestro cerebro ordena y da forma (aporta sentido), a lo que percibimos es lo que ha estudiado la Gestalt.
Leyes de la Gestalt
El cerebro de las personas tiende a organizar e incluso transformar la información que percibe según 8 principios básicos o leyes de la percepción:
Ley de Figura – Fondo
Tenemos tendencia separar la figura y el fondo de una imagen, y por tanto no podemos ver la figura y el fondo a la vez.
En la copa de Rubi, una vez que hemos visto una de las figuras (la copa o las caras), es más difícil ver la contraria. Cuando ya sabemos que ambas figuras están dentro del círculo podemos ver una u otra alternativamente, pero nunca a la vez.
Ley de proximidad
Nuestro cerebro percibe los objetos y las forman que se encuentran a menor distancia, como si pertenecieran a un mismo grupo, formando una Gestalt, creando contornos donde no existen.
Ley de continuidad
Se tiende a ignorar los cambios que interrumpen de alguna manera una imagen, de tal forma que tenga un patrón y no pierda sentido para nosotros. Además importante que tengan una dirección común como se puede ver en la imagen.
Ley de semejanza o igualdad
El cerebro tiende a unir o agrupar los elementos más parecidos entre sí, por lo que al recibir estímulos parecidos se aprenden más rápidamente que si recibimos estímulos desiguales.
Ley de la dirección común
El cerebro apareja como un grupo los elementos que dan la sensación de moverse hacia un mismo sitio.
Ley de tendencia al cierre
Tenemos la tendencia a completar de forma imaginaria los espacios de una composición, generando de forma inconsciente los elementos que no cierran e incluso eliminando los detalles que creemos innecesarios. De esta forma percibimos estabilidad.
Ley de contraste
Cuanto mayor es el contrates entre la figura y el fondo más fácilmente se forman las figuras, debido a que el cerebro atribuye cualidades a los elementos por contraste, ya sea por tamaño, color, etc.
Ley de pregnancia
Nuestro cerebro tiende a organizar y percibir los elementos hacia un estado ideal de orden y simplicidad, donde una hay un mínimo de tensión e inestabilidad y un máximo de armonía y estabilidad internas. El concepto “pregnancia” se relaciona, también con la idea de “impregnación”. Es decir, todo aquello con lo que nos quedamos “impregnados” cuando miramos.
A mayor pregnancia, mayor facilidad para captar la figura. Es decir, que entre tres o cuatro figuras, la que tiene mayor pregnancia es la que nos vamos a poner la atención.
La Gestalt en psicoterapia
La Gestalt pudo pasar de una teoría o psicología de la percepción a una terapia gracias a Fritz Perls, ya que introdujo el concepto de motivación en la percepción, y de ahí paso a formar una filosofía de vida, donde la psique y el cuerpo ya no están separados y forman parte de un todo.
En un proceso terapéutico desde la Gestalt, se intenta captar el orden, el significado y cómo se distribuyen todos los elementos en el mundo y en la persona. Cuando algunos de estos elementos se mueve influye inevitablemente en su totalidad. Es por esto que es fundamental observar cómo percibimos y observar cómo nos sentimos, así no distorsionamos la realidad de lo que estamos observando, así es cómo podemos tomar consciencia de nuestro mundo.
Desde esta corriente psicológica, la enfermedad no es una modificación del funcionamiento del organismo, sino que enfermamos cuando hay un desorden que no podemos autorregular. Cuando recibimos estímulos que nos crean angustia que expresamos con conductas múltiples y síntomas como la ansiedad.
El Darse Cuenta
Todos tenemos la capacidad de darnos cuenta, de percibir lo que está ocurriendo dentro de nosotros mismos y de lo que está ocurriendo en el mundo que nos rodea. Hay tres tipos de darse cuenta:
1.- Darse cuenta del mundo exterior:
Es lo que percibimos a través de nuestros sentidos que provienen del exterior; lo que tocamos, escuchamos, degustamos, vemos y olemos. Estas percepciones del mundo exterior, cómo lo sentimos, se ha configurado en base a una herencia genética, a los rasgos de la personalidad y con los aprendizajes realizados.
2.- Darse cuenta del mundo interior:
Son las sensaciones, sentimientos y emociones que suceden en el mundo interior. A lo largo de los años hemos perdido esa capacidad de darnos cuenta de cuáles son nuestras auténticas necesidades, que se han ido confundiendo el ser con el tener, el ser con el parecer o aparentar…etc.
“Percibir a tiempo los verdaderos mensajes del cuerpo nos ahorraría innumerables consultas y chequeos médicos a los que hemos llevado a nuestro cuerpo como algo ajeno y de donde hemos salido aterrados, amenazados de siniestras posibilidades” A. Schnake.
Pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo? ¿Dónde lo estoy sintiendo? ¿Cómo lo estoy sintiendo? En Gestalt tratamos de evitar los por qué, que son sustituidos por los cómo, los dónde o los qué.
3.- Darse cuenta de la zona intermedia:
Es toda la actividad mental que va más allá de aquí y ahora, de lo presente. Estás en el pasado y en el futuro, es decir, es el pensar, imaginar, adivinar, planificar, recordar el pasado e incluso predecir el futuro. Todo lo que pensamos del pasado no es objetivo y el futuro está en nuestra imaginación. En definitiva estamos evitando vivir el presente, y por tanto nos alejamos del mundo real.
Tratar de darte cuenta qué es lo que pertenece al mundo intermedio, al exterior o al mundo interno, es una parte importante de la terapia Gestáltica. “Solo cuando una persona se ha metido entera en ser una caja cerrada y vacía o un objeto decorativo o un cubo de basura… y ha medido todo lo limitado y “falible” que hay en el mismo y ha aceptado la angustia de este límite, ha podido desde ahí ver el endiosamiento y omnipotencia con que combate esto y ha logrado tener energía para defender su existencia. Aunque fuera algo perecedero y débil, logra darse cuenta de que hay en él un ser real y único con determinación a ser lo que es y a aceptar con satisfacción su existencia”. Adriana Schnake
Para terminar os recomendamos una serie de libros que son imprescindibles para cualquier persona que comience este camino de la Gestalt, tanto como paciente como terapeuta.
Manual práctico de Pisocterapia Gestalt:
Ángeles Martín expone de forma sencilla y amena los conceptos básicos de la Terapia Gestalt, no sólo a los terapeutas gestálticos sino a cualquier persona que se aproxime a ella. Su lectura aporta una visión panorámica de este abordaje terapéutico y nos introduce en los distintos conceptos del mismo: el darse cuenta, las polaridades, el contacto, la neurosis, los sueños… describiendo los mecanismos neuróticos y cómo interfieren en la conducta.Al ser un enfoque eminentemente organísmico, es decir, basado en el equilibrio del organismo en sus diferentes vertientes (emocional, intelectual, de acción y espiritual, en su sentido más trascendente), abarca todos los ámbitos del ser humano.
La Voz del Síntoma:
La Dra. Schnake relata casos tratados por ella de enfermedades terminales como el cáncer, o tan funestas como la depresión, y que son manejados y asumidos de tal manera entre médico y paciente que ponen fin en paz y sin protestas a nuestro andar terrenal o nos ayudan a reconciliarnos con nosotros mismos al analizar todo lo que hay de positivo en el encuentro del cuerpo con su esencia vital, el alma. La autora nos hace ver cómo cuerpo y alma forman un Todo que es a la vez un Dúo perfectamente reconocible y separable en cada uno de sus aspectos, y la apertura de ambos al diálogo entre ellos mismos y con el analista.
Clínica Gestáltica. Metáfora de viaje
Prefacio del Dr. Claudio Naranjo. El autor nos ofrece sus reflexiones, como fruto de su larga experiencia clínica y terapéutica, de manera personal y comprometida. Un testimonio rico y brillante que, como el mismo subtitula, alude a las metáforas de viaje en el proceso de crecimiento y maduración. La capacidad de detectar las propias trampas mientras ocurren o están por ocurrir, junto al cultivo de un corazón verdaderamente compasivo, en definitiva creo que proporcionan a los terapeutas (no menos que a las personas en general) el diapasón para ir buscando el tono de cómo estar con el otro siendo quien un@ es, en contra de nadie, a favor de ambos.
Dentro y fuera del tarro de la basura.
Fritz Perls, creador de la terapia Gestalt, en su notable autobiografía habla “sin pelos en la lengua” de lo útil para el desarrollo humano, siempre atento al fascismo latente que surge subrepticiamente disfrazado en ámbitos pseudohumanistas. Profundo, honesto, impacta por su libertad frente a la vida.