Límites en niños de 0 a 3 años

Poner límites a los niños de 0 a 3 años

Hemos pasado de una educación muy autoritaria de nuestros padres, al extremo opuesto, que es la que más vemos hoy en día, una educación más permisiva. Pero… ¿es más beneficiosa una que otra? ¿Nos cuesta poner límites a nuestros hijos? ¿Si le ponemos límites entrarán en las temibles rabietas?

Cuando éramos niños no se tenían en cuenta nuestras necesidades, nuestras opiniones, y es que venimos de una sociedad adultocéntrica donde el adulto es quien tiene el poder y por tanto las relaciones son asimétricas. En relación a los niños es sano porque sino el desarrollo emocional del niño estaría en juego, pero desde una educación consciente el niño merece recibir el mismo respeto que el adulto.

La educación va cambiando según va cambiando la sociedad, e inevitablemente tenemos que adaptarnos a los cambios que van sucediendo en nuestra forma de vivir.

Cuando nos hemos trabajado personalmente, cuando sabemos regularnos, conectamos con nuestras necesidades, podemos acompañar y contener a nuestros hijos de un modo saludable.

Todos sabemos ya la importancia de los abrazos, conectar con los niños es un factor de protección. El ambiente en el que crecen nuestros pequeños es esencial para su presente y para su futuro, todo lo que hagamos ahora va a influir en el adulto que va a ser.

Hoy te queremos hablar de la primera infancia que es un momento único de crecimiento.

¿Cómo funciona el cerebro del niño?

No hay otro momento en el que nuestro cerebro sea capaz de realizar tantas conexiones, de hecho, durante los tres primeros años de vida las células cerebrales realizan hasta mil nuevas conexiones cada segundo, y esto nunca más se vuelve a repetir en el desarrollo. Es un gran momento donde va a determinar una base física y psíquica.

Cuando nuestros hijos empiezan a gatear y más tarde a andar es cuando empezamos a practicar el no. En esta etapa el niño solo quiere experimentar, aprender de todo lo que hay a su alrededor, al fin y al cabo, están descubriendo el mundo

El cerebro del niño explicado a los padres

El cerebro del niño está en construcción, si dividimos el cerebro en dos grandes secciones tenemos el cerebro inferior y el cerebro superior. El cerebro inferior es la parte más primitiva que se encarga de las funciones básicas, es el causante de las reacciones de los impulsos, de las emociones fuertes.

El cerebro superior que es el encargado de los pensamientos más complejos, la imaginación y la planificación, por tanto regula las emociones, se encarga de pensar antes de actuar pero no alcanza su madurez completa hasta los 20 años, así que en la primera infancia no está desarrollado, no está maduro para entender nuestras explicaciones racionales.

Por tanto, el cerebro del niño está gobernado por el cerebro inferior y no tiene la capacidad de autorregularse e incluso de expresar con palabras lo que le ocurre.Cuando está llorando, o con una pataleta, está en un estallido emocional, es su cerebro inferior quien está funcionando y no funcionan nuestros razonamientos.

Este es el momento en el que tenemos que acompañarlos sin enfadarnos, si nos hemos trabajado personalmente y estamos regulados es mucho más fácil que podamos regular y contener. Si en cambio nos enfadamos estaremos provocando una reacción más intensa, ya que aumentaremos el estrés del pequeño, y desde ahí es imposible que el cerebro superior, el encargado de racionar se conecte con el inferior. Cuando hay desregulación no es posible el aprendizaje. Cuando les estamos acompañando, sosteniendo en su pataleta le estamos enseñando a autorregularse y poco a poco lo aprenderán a hacer ellos solos, sin necesitar nuestra presencia, pero hasta entonces, este es nuestro trabajo.

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Límites y necesidades del niño entre los 2-3 años

Necesita que sus necesidades y sus deseos sean reconocidos. Todo niño necesita de una persona que esté presente y sensible a sus necesidades, que le acompañe en sus emociones, sean las que sean.

La relación con nuestros padres es la experiencia más significativa y tiene un gran impacto en cómo el bebé se desarrolla y experimenta el mundo. Lo que no podemos perder de vista es que nuestra labor es acompañar a nuestros hijos. Esto es lo difícil acompañar sin intervenir, ser tolerantes, y practicar mucho la paciencia, y la realidad es que esto no es nada fácil, pero si estamos informados podemos acompañar de un modo mucho más tolerante.

¿Cómo tengo que comportarme con mi hijo?

Es fundamental ponernos a su altura y hablarles mirándoles a los ojos, nunca utilizar gestos ni el dedo para señalar y si el niño lo admite darle un abrazo, podemos incluso preguntarle si quiere que se lo demos. Si se resiste, si no quiere no se lo damos, solo le decimos “estoy aquí”.

Con esto le estamos transmitiendo seguridad, y lo más importante que le queremos hagan lo que hagan, que nuestro amor es incondicional, lo que no nos gusta es su comportamiento pero que le queremos. Y cuando ya está calmado, y por tanto su cerebro está regulado, es cuando podemos hablarles y conversar sobre lo sucedido.

Conversar sobre lo sucedido no es echarle una charla sobre su mal comportamiento es preguntar qué le ha ocurrido y escuchar. ¿Qué es lo que te ha ocurrido? ¿te ha enfadado mucho que no te comprara el muñeco?

Desde este tipo de comunicación estamos empatizando con nuestro hijo, no estamos juzgando su deseo. Porque le contemos lo que le contemos es un muñeco super chulo y lo quiere, lo desea, nuestra labor es decirle que no y que aprenda a manejar la frustración. Su trabajo es conectar con su deseo, con su necesidad de tener ese muñeco, y el nuestro enseñarle a autorregularse sin juzgar, porque podemos satisfacer o no una necesidad, pero es fundamental estar en contacto con nuestro deseos y necesidades para vivir en contacto con nosotros mismos. El contacto con nuestras necesidades es algo que de pequeños estamos en constante contacto, y de mayores vamos perdiendo.

Importancia de los límites en los niños

El No educa, aporta límites necesarios, incluso los conflictos son necesarios, el problema es cómo resolvemos los conflictos porque si estallamos y gritamos, nuestros hijos van a aprender a hacerlo del mismo modo. Uno de los grandes conflictos es que tienen que escuchar el NO todo el día, CONTAR QUE EL CEREBRO NO PROCESA EL no.

Tenemos que preguntarnos cual es nuestro objetivo cuando ponemos los límites, los límites educan para la vida, para las normas sociales, las del hogar, las de la escuela infantil, e incluso para protegerles del peligro por esto tenemos que preguntarnos cual es el objetivo cuando ponemos los límites, es decir, ¿buscamos poner límites o enseñar? ¿estamos dando una orden o comunicando una norma?

 

Podcast para padres y madres

En Tejiendo Redes tenemos cursos que pueden ayudarte a entender a tus hijos en muchos de los aspectos que hemos mencionado en este artículo.

Además os compartimos un PODCAST que creemos que puede seros de gran utilidad para que lo escuchéis en un momento de calma y podáis comenzar a poner en práctica todas estas herramientas sobre límites y normas.

Episodio 57: Poner los límites a los niños de 0 a 3 años.

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