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Mediación familiar para el bien de tus hijos

¿Habéis escuchado hablar sobre la mediación familiar? Os separáis y hay mucho que resolver entre los dos, sobre todo, lo que tenga que ver con los hijos. La elección de colegio, las actividades extraescolares, hacer o no la Comunión, someter o no a los hijos a tratamiento psicológico o el cambio de residencia de los hijos, son algunas cuestiones que se someten a decisión judicial ante la falta de acuerdo entre los padres.

Es importante que tomemos conciencia de que tenemos que hacer las cosas de otro modo, el conflicto perpetuo daña inevitablemente a los niños y tenemos que protegerlos porque todos estos conflictos se pueden evitar si tratamos de dar lo mejor de cada uno de nosotros en el divorcio.

Qué es la mediación

Es un proceso de gestión y resolución de conflictos, voluntario y libre, en el que dos o más partes implicadas, trabajan con un profesional imparcial, el mediador, para generar sus propias soluciones para resolver los conflictos buscando obtener una solución válida y satisfactoria para las partes. La mediación solo es eficaz si:

  • Todas las partes están de acuerdo en realizar el proceso
  • Si están dispuestas a llegar a una solución, a colaborar en el proceso y a comprometerse en respetar a la otra parte y su bienestar.

Los acuerdos a los que se lleguen, deben ser legales, de posible cumplimiento y satisfactorio para las partes.

Qué es un mediador

El Mediador, es una figura conciliadora, encargada de abrir un canal de comunicación funcional, bidireccional y crear, un clima apropiado y seguro que elimine los obstáculos que les impiden expresarse libremente. Es imparcial, y debe actuar con equidad, neutralidad y acompañar en el proceso para que las partes lleguen a acuerdos libres y voluntariamente.

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Qué es la Mediación Familiar

La Mediación Familiar se entiende como un método que construye puentes entre partes en conflicto, generando capacidad de consenso. Proporciona un espacio en el que puedan tener cabida todos aquellos temas sobre los que sus miembros deban tomar decisiones, abriendo canales de comunicación y promoviendo el acuerdo.

A Mediación Familiar podemos acudir en procesos de separaciones y divorcios, nacionales e internacionales, herencias, convivencia o cuidado de padres entre otros. En éste caso, nos centraremos en separaciones y divorcios con menores, donde cada acuerdo deberá mantener y respetar en todo momento, los derechos, libertades, necesidades y bienestar de cada uno de ellos.

Mediación Familiar Internacional

En cuanto a la Mediación Familiar Internacional, pretende resolver conflictos familiares que conciernen al menos a dos países. Si por ejemplo, tras la separación, uno de los progenitores se va a vivir al extranjero, régimen de visitas y traslados, si existe miedo y riesgo que su hijo sea sustraído por el otro progenitor. En estos casos es importante contactar con un profesional experto en Mediación Internacional.

Aunque una pareja decida separarse, deben mantener una relación y un bien común para sus hijos. En un proceso así, no es extraño que aparezcan dificultades a la hora de tomar decisiones importantes y problemas de comunicación.

En estos casos, la Mediación Familiar facilita un espacio de confianza y seguridad, para que las personas implicadas puedan expresar y gestionar su relación de una manera más sana, comunicativa y satisfactoria.

Cuando acudir a un proceso de mediación

Siempre que exista un conflicto, que las partes acudan de manera libre, voluntaria, para actuar de buena fe, con predisposición para llegar a un acuerdo y con el compromiso de cumplimiento y respeto.

Cada familia es única, con necesidades y cargas emocionales diferentes, y la Mediación Familiar toma esto como punto de inicio. No puede imperar un sistema de “gana o pierde”, sino acuerdos que respondan a las necesidades de los miembros de la familia y principalmente, las de los menores.

Podemos acudir en caso de separaciones y divorcios, con y sin hijos, pensión alimenticia, régimen de visitas, cambios de vivienda, de lugar de residencia, criterios educativos a favor de la educación de los hijos, cambios de colegio, actividades extraescolares, que acudan o no a tratamientos psicológicos o la distribución de horarios y responsabilidades, entre otras.

Mediar, no se trata de hablar, sino de escuchar.

¿Cuándo no va a funcionar un proceso de mediación?

No podemos comenzar un proceso de mediación cuando existe:

  • Un proceso judicial en marcha que  no se paraliza previamente al inicio de la Mediación.
  • Violencia Sexual
  • Abuso Sexual
  • Violencia Familiar, hacia el otro miembro de la pareja o los menores
  • Cuando una de las partes de la Mediación no ejerce control sobre su voluntad y , por tanto, sea incapaz de asumir los compromisos adquiridos.

Fases de la Mediación

El primer acuerdo al que debemos llegar, es acudir a un proceso así, con la disposición e implicación emocional que conlleva la toma de decisiones y los temas a tratar.

Buscar un Mediador, podemos acudir al Registro de Mediadores del Ministerio de Justicia si no tenemos referencias para exponer nuestro conflicto e iniciar la mediación a través de una sesión informativa, donde exponen las partes su caso concreto, y el mediador, expone el proceso y pasos a seguir.

La duración del proceso será lo más breve posible y sus actuaciones se concentrarán en el mínimo de sesiones necesarias hasta conseguir el acuerdo final que será firmado por todas las partes.

Si existen sesiones individuales, siempre será comunicado a la otra parte, manteniendo la confidencialidad, pero también la transparencia del proceso.

Las partes se deben comprometer a respetarse, al igual que con sus argumentaciones y exposiciones sobre el tema antes de comenzar a buscar opciones para llegar al acuerdo.

Una vez conseguidos los acuerdos, se firmará el Acta Final, tanto por parte de los interesados, como del mediador, cerrando así su compromiso en el cumplimiento de los mismos.

Si deciden elevar el documento final a documentación judicial y, tras asesoramiento de sus respectivos abogados, pueden presentarlo de mutuo acuerdo ante el juez.

9 pasos para afrontar la mediación familiar

Tener claros los conflictos a tratar en el proceso, conocer qué necesitan, qué es lo mejor para los menores y cómo podemos satisfacer esas necesidades. A partir de ahí, nuestra negociación, exposición de posición y búsqueda de posibles soluciones.

Predisposición para el proceso y la llegada a acuerdos.

Acudir de manera libre y voluntaria.

Compromiso firme de respetar y cumplir el acuerdo.

Respeto por la otra parte en todo momento, tanto en intervención, como en su persona.

 

Puedes tener asesoramiento legal y acompañamiento durante todo el proceso, para asegurar derechos, deberes y estar dentro del marco legal en cumplimiento.

Comunicación y escucha activa

Al ser un proceso donde se toman muchas decisiones, importantes y con mucha carga emocional, debemos respetar los tiempos y no invalidar emociones.

Perseguir siempre el bienestar y derechos de los menores.

¿Es legal la mediación?

Una vez terminado el proceso de Mediación, firmada el Acta de Acuerdo Final y, previa supervisión de sus respectivos representantes legales, si las partes, quieren dar validez legal y judicial al acuerdo dispuesto, deberán presentarlo ante el juez para homologación y vinculación legal, dotando al acuerdo de la validez necesaria a efectos, tanto de su cumplimiento, como del incumplimiento del mismo por las partes.

Diferencias entre un Procedimiento de Mediación y un Procedimiento Judicial

Actualmente, y dado el elevado número de separaciones y divorcios que tenemos en nuestro país, se producen colapsos en el sistema judicial ya que, en la mayoría de los casos, se trata de desacuerdos entre los padres que, a falta de intentar su resolución por la vía extrajudicial, motivan el inicio de un procedimiento judicial. Ésta situación se produce desde la entrada en vigor de la Ley de la Jurisdicción Voluntaria ya que, hasta ese momento, no existía un procedimiento específico y regulado para resolver estos acuerdos (como por ejemplo, horarios y actividades extraescolares, cambios de colegio) entre los progenitores y cada juzgado, iniciaba un proceso diferente.

En muchos casos, los padres no son capaces de solventar problemas por ellos mismos, y se están acostumbrando a judicializar la vida familiar.

En España, el 99% de los casos, los progenitores ejercen la patria potestad conjunta. Cuando discrepan sobre alguna medida relativa a su hijo, la competencia para conocer el expediente corresponde al Juzgado de Primera Instancia del domicilio o residencia del menor, o al Juzgado que conoció de la separación o divorcio de los cónyuges.

Asimismo, también podrá acordarse mediante un expediente de jurisdicción voluntaria, que no tiene tramitación específica.

Para paliar el colapso judicial, es necesario que la sociedad conozca métodos alternativos de resolución de conflictos, como la Mediación que es un intento previo de solucionar conflictos familiares. No debemos confundirla con la figura del Coordinador de Parentalidad que interviene para reconducir, los criterios educativos de los progenitores, en beneficio de los hijos.

Con la separación o el divorcio, no desaparece la familia, se reestructura, es un cambio de etapa en la vida.

Beneficios de la Mediación Familiar

La Mediación es un proceso más humano, cercano y adaptado a las características y necesidades específicas de cada familia.

Facilita el cumplimiento de los acuerdos ya que son decididos y adquiridos por ellos mismos, según sus necesidades y posibilidades y no impuestos. Se persigue el beneficio común, deben decidir por sí mismos y sobre sus vidas.

La duración del proceso será lo más breve posible y concentrada en el mínimo de sesiones minimiza costes económicos y disminuye el daño que suelen acarrear los largos Procesos Judiciales.

Tiende puentes y facilita la comunicación, asegurando la creación de un espacio seguro, igualitario y equitativo entre las partes.

Podcast para padres y madres

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Además os compartimos un PODCAST que creemos que puede seros de gran utilidad para que lo escuchéis en un momento de calma y podáis comenzar a poner en práctica todas estas herramientas sobre límites y normas.

Episodio 61: Mediación familiar para el bien de tus hijos.

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