Cómo saber si mi hijo tiene apego seguro
¿Qué es el apego?
Es la unión que se crea entre el bebé y el cuidador, y su función es asegurar el cuidado y la protección asegurando así en el bebe una sensación de cuidado y bienestar.
El apego se construye a través de el sistema de exploración que es lo que permite al bebé entrar en contacto con lo que le rodea y esto sucede a través de los 5 sentidos, y el sistema afiliativo, que es el sistema que se activa para poder entrar en contacto con los otros. A través de estos dos sistemas se van creando nuestros esquemas mentales de creencias y representaciones, es decir se crean modelos operativos internos sobre:
- Nosotros mismos
- La percepción de los demás
- Lo que podemos esperar de los demás
- Cómo funciona el mundo que nos rodea
¿Entonces estos modelos internos son los que influyen en nuestras emociones, y cómo nos relacionamos con los demás no?
El apego se puede reparar a través de experiencias reemplazantes de apego que se van teniendo a lo largo de la vida, y activar así nuevos modelos de trabajo internos.
Es cierto que a veces es muy difícil reemplazarlos, todo depende de lo dañados que estemos, pero si no podemos llegar a borrar estos modelos internos de trabajo totalmente, podemos adquirir la capacidad de mirarlos para hacerlos conscientes y poder orientarlos.
Afortunadamente somos flexibles podemos cambiar y crear nuevas formas de vincularnos con nosotros mismos y con el mundo.
Psicología y apego seguro
Cuando de adultos observamos que tenemos dificultades para vincularnos, es cuando podemos plantarnos si es debido a algún déficit en el cuidado de nuestra figura de apego, y que ha generado algún tipo de carencia como la conexión, la regulación emocional, el respeto, la exploración, el afecto, etc. Y estas carencias son las que hacen que nuestra forma de vincularnos como adultos no sean del todo placenteras o saludables.
Vamos a exponer punto por punto esto que acabas de comentar sobre las carencias que hemos podido vivir de bebe, estas funciones básicas que se regulan a través de nuestra figura de apego y que nos han podido condicionar nuestros modelos internos. Las funciones que se regulan a través de las figuras de apego son:
- El sentimiento básico de confianza hacia el mundo.
- La regulación de las emociones.
- El desarrollo cognitivo.
- La regulación de los niveles de estimulación y tensión, y
- La capacidad de modular impulsos
Ante todo no vamos a entrar en la culpa, también hay que tener en cuenta de dónde venimos, y que es muy difícil dar lo que no recibimos. Generar un apego seguro no es fácil, porque requiere que esa figura que cuida al bebe sea capaz de mostrarse sensible y atenta a todas sus necesidades a lo largo del espacio y tiempo.
Ahora que ya hemos perfilado más o menos cómo nos influye el apego vamos a ver cómo se forma.
¿Quieres que te ayudemos con el apego ansioso de tu hijo?
¿Cómo se genera un apego seguro?
El apego empieza, aunque en muchos estudios no se entiende así, desde los primeros días de vida y es a los 12 meses cuando más se consolida. Es por esto tan importante que el cuidador pase el máximo tiempo posible con el bebe durante al menos el primer año de vida.
Apego seguro bebé
De 0 a 3 meses
Desde el principio, el bebé se interesa por los adultos que le rodean, pero no muestran aún preferencia por ser cuidado por unas u otras personas, el amor, el cuidado y la atención que el bebé percibe por parte de su padre y su madre en el día a día, constituyen las bases del vínculo de apego que empieza a unirles de forma especial.
De 3 a 6 meses
A base de la repetición de infinidad de situaciones con quienes son sus cuidadores primordiales, el bebé va poco a poco reconociéndoles como las personas que le proporcionan sensaciones agradables al hablarle o acariciarle y que le hacen sentirse bien cuando están juntos. El bebé empieza a responder a sus seres queridos de forma diferente a como lo hace con personas extrañas: se siente tranquilo y más a gusto cuando está cerca de su madre o su padre, o persona que se encargue de su cuidado, y es atendido por ellos.
En estos meses identifica sus figuras de apego y confía en ellos, ya que estas figuras siempre están disponibles cuando el bebe la necesitan y responde ante sus necesidades.
De 3 a 6 meses
En estos meses, el vínculo de apego se termina de consolidar. Es por esto que en esta época los bebes se pueden angustiar cuando se separan de sus figuras de apego, y pueden mostrar ansiedad con personas que no conocen, y esto es indicativo de que hay un lazo de afecto muy especial entre el bebe y sus figuras de apego.
Apego seguro en niños
A partir del primer año
A partir de ahora los bebés necesitan explorar y jugar con lo que le rodea, y es normal que siga a todas partes a sus figuras de apego, o que les busque cuando tenga miedo por algo.
Cuando la figura de apego está cerca, el bebe es capaz de jugar y explorar de forma tranquila y confiada y si se es constante en tiempo y espacio, el bebé no sentirá tanta angustia cuando se separe de ellos, le costará menos quedarse con otras personas y no mostrará tanta inquietud ante desconocidos. Y es porque el vínculo de apego es seguro, se siente querido por sus figuras de apego aunque no estén con él en todo momento, comprendiendo que siempre regresan después de haberse ido.
Claramente, el niño o la niña ha interiorizado la seguridad y el amor que le une a sus seres queridos. Si en el primer año padre y madre habían conseguido una profunda vinculación emocional entre ellos y su bebé, en el segundo año tienen que ser capaces de que su hijo o hija, manteniendo ese intenso vínculo, vayan adquiriendo una independencia cada vez mayor. Y esto es muy importante porque si no caemos en la sobreprotección, no confiamos en sus capacidades, no dejamos que explore sus habilidades.
A partir del segundo año
La intensidad del vínculo es la misma, pero se muestra de otra manera. El niño tiene una identidad más definida, ha aprendido a expresar cariño, y es capaz de buscar ayuda y apoyo cuando necesita algo. Tiene un papel más activo en las relaciones con los otros, su mundo es más amplio y ya se vincula como aprendió con sus figuras de apego. Aquí ya empiezan a construirse las figuras de apego secundarias.
El apego seguro genera un modelo interno saludable y se adquiere gracias principalmente a tres pilares: la regulación, la conexión y la exploración.
Regulación
Conexión
Exploración
¿Cómo saber si mi hijo tiene apego seguro?
- El niño se esfuerza por mantener la proximidad con su cuidador.
- Busca el contacto físico y emocional de manera repetida en el tiempo.
- Se siente más seguro para explorar cuando tiene cerca a su figura de apego.
- Cuando se separa de su cuidador, el niño siente ansiedad.
Apego seguro en adultos
¿Cómo es una persona adulta con apego seguro?
Un adulto, que sabe autorregulase, sabe cuidarse y cubrir sus necesidades, tiene una buena autoestima, es capaz de tomar decisiones adaptándose a las circunstancias, por supuesto se puede adaptar a los cambios, tiene una relación saludable con la comida, es capaz de vivir en presente, tiene relaciones saludables y satisfactorias, y por supuesto sabe pedir ayuda y se siente seguro en su entorno.
Es imposible como padres cubrir 100% las necesidades de los niños. Todos tenemos lo que se llama falta básica, todos tenemos en mayor o menor media esta falta básica, que son esas situaciones en las que las necesidades no han sido satisfechas. Lo importante es la cantidad de estas faltas básicas. Rafael Guerrero lo representa como un bidón:
El bidón de responsina
Imagina que todos los bebes nacen con un bidón con una capacidad máxima de 100 litros. Lo único de lo que se puede rellenar este bidón es de responsina, que es un líquido naranja que aparece cuando los padres actuamos de manera responsiva ante las necesidades de nuestros hijos. En el momento del nacimiento, el bidón se encuentra completamente vacío. ¿Qué podemos hacer para ir rellenándolo? Pues solo podemos llenarlo muy lentamente, como hemos dicho a lo largo del podcast a lo largo del espacio y del tiempo, siendo responsivos ante las necesidades emocionales de los niños.
Cada vez que el niño muestra una necesidad emocional la figura de apego responden dándole al niño lo que necesita (responsividad), y llenará así el bidón de responsina. Por ejemplo, si nuestro hijo se ha asustado porque su primo le ha gastado una broma pesada, nuestra función consiste en tranquilizarlo. En este caso, estaríamos actuando de manera responsiva y segregamos responsina para llenar un poco el bidón. Con los años el bidón se va llenando de responsina, y hay algunos niños que tienen el bidón más lleno que otros.
Es imposible que encontremos a alguien que tenga su bidón lleno al cien por cien no hay padres perfectos, pero tenemos que intentar que el bidón de nuestros hijos estén al lo más llenos posibles de responsina, porque no es lo mismo un bidón que esté al 80% que al 15% porque a menos cantidad de responsina mayor probabilidad de que el niño necesite buscar fuera lo que no le dieron en casa.
Más dependientes seremos y más vulnerables a caer en conductas adictivas. Y esa búsqueda puede dar con diferentes estímulos, personas o sustancias, pero siempre de manera negativa.
Guerrero, R. (2018). Educación emocional y apego. Pautas prácticas para gestionar las