El apego evitativo en pareja
¿Tienes tendencia a evitar la intimidad o das poca importancia a las relaciones? Las personas con apego evitativo tienen una tendencia a evitar la intimidad o dar poca importancia a las relaciones, y todo es debido a que del alguna u otra manera sufrieron negligencias en su infancia, como dejarles solos a menudo, sentir el rechazo de sus cuidadores, o estos no estaban tan presentes (sea física o emocionalmente).
Infancia/crianza del apego equitativo
La crianza en el apego evitativo ha sido marcada por unas figuras de apego (los padres, o cuidadores), ya sea por un motivo u otro, han fracasado a la hora de satisfacer las necesidades afectivas de sus hijos. Suelen ser padres en los que se entremezclan sentimientos ansiosos, de rechazo, o incluso hostilidad hacia sus hijos.
Cuando el niño expresa su necesidad afecta (en la primera infancia lloran o llaman la atención; más tarde lo pueden verbalizar), las respuestas ofrecidas por la figura de apego lo llegan a angustiar más, y nunca consiguen calmarlo. Las figuras de apego suelen tener una palpante distancia emocional con sus hijos, e incluso pueden llegar a evitar el contacto con ellos, e incluso negar la existencia de sus necesidades.
Distancia emocional
Todo esto deriva a que el niño aprende estrategias de carácter defensivo con el fin de protegerse: esto será mediante la evitación o inhibición de sus propias necesidades, especialmente aquellas que involucren afecto o proximidad con el otro.
El niño con apego evitativo suele ser independiente, presta más atención a los juguetes u objetos, que a otras personas. Cuando las figuras de apego ponen distancia emocional con él, estos no se alteran por su desaparición (siempre que sea temporal). Además, a su regreso, no parece que ponga mucho interés en que las figuras de apego hayan vuelto. No expresan alegría u otra emoción. En ocasiones, puede parecer que su reacción es la misma a la que hubiera tenido con un extraño.
De alguna manera, el niño aprende a que el mejor modo de asegurarse el contacto con los individuos a los que aprecia (y sobre todo de las que depende), es no mostrando sus necesidades, no pedir nada, no mostrar sus emociones, permanecer en quietud o desinterés. De esa forma, las otras personas estarán tranquilas y obtendrán más cercanía en comparación a cuando sí mostraba sus necesidades. El mostrar, o pedir, implica alejamiento para ellos. Implica rechazo.
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Consecuencias del apego evitativo en la pareja
¿Y cuáles son las consecuencias de este estilo de crianza? Pues bien, ahora veremos algunos rasgos de conducta que tienen estas personas:
1. No mostrar las emociones
Suelen huir de las emociones, en parte, a nivel inconsciente, de lo que implica la desconexión emocional. El no mostrar y expresar sus emociones implica que no sienta el rechazo. Son más racionales que emocionales, y es que como ya hemos comentado en su infancia aprendió que sus emociones y necesidades no eran atendidas, aunque las demandara; por lo tanto, aprende a no expresarlas y, sobre todo, a no identificarlas. Es por esto que vistos desde fuera puedan parecer personas extremadamente autosuficientes e independientes. No expresan que necesitan o quieren la ayuda de nadie, es más, eso les da mucho miedo porque se sienten vulnerables. Dan un aspecto de seguridad en lo que hacen, pero esto es solo porque tratan de ocultar su vulnerabilidad (si no hay contacto con las emociones, no hay vulnerabilidad). Les cuesta confiar y abrirse a los demás.
2. Tienen una autoestima muy positiva
Su autoestima y la imagen que tienen sobre ellos mismos suele ser bastante positiva. Esto tiene cierta relación con dicha autonomía. Sin embargo, la idea que tienen sobre lo demás, suele inclinarse más hacia el espectro negativo. Al contrario que los individuos con apego ansioso, donde comentamos en el episodio anterior, suelen tener una visión más positiva del resto de la gente, pero más negativa sobre sí mismos. Por ello, los sujetos con apego evitativo suelen tener bastantes dificultades en el área de las relaciones, más que en cualquier otra área, como puede ser la académica o laboral, en las que viven su seguridad de forma más controlada (o, al menos, con una sensación superior de control; en estas áreas no se requieren tanta vulnerabilidad o emocionalidad). Puede que de pequeño te dijeran que eras muy responsable o muy maduro para tu edad. Esto es debido a la autonomía que generan, y lo poco emocionales que son.
3. Tienden a evitar el contacto físico y visual
Esto no significa que lo eviten por completo o que no puedan ser cariñosos. Por ejemplo, pueden ser muy cariñosos con su pareja, pero muy fríos con el resto. Generalmente, los padres de niños con apego evitativo no muestran muchas actitudes cariñosas.
4. Evitar discusiones
En discusiones, tal vez no muestren muchas quejas; por el contrario, muchas veces, la forma de lidiar con las confrontaciones es alejándose, reclamando espacio, negándose a hablar las cosas, enfurruñarse, o tal vez insinuar aquello que le ha molestado. Pero no suelen ser claros con sus emociones, aunque sí con sus límites, con los que suelen ser más contundentes, a diferencia de aquellos con apego ansioso.
5. Miedo al rechazo de su pareja
Buscan defectos en su pareja. A nivel más personal, si te estás identificando con todo lo que hemos comentado (es decir, te identificas con este estilo de apego), puede que alguna vez te hayas sorprendido hallándote buscando defectos en tu pareja o potenciales parejas. Puede que sean cosas pequeñas a la hora de realizar algún movimiento, de comer, de hablar… Pero lo más mínimo, a veces, basta para desechar la idea de estar con una persona.
Puede que al principio todo sea maravilloso, sea bonito, seguro y saludable. Pero puede que después de un tiempo, cuando las cosas se ponen más íntimas, es el momento en el que necesitan alejarse. La intimidad, para ellos, implica muchas veces rechazo. Quieren intimidad, pero les da miedo ser vulnerables por ese posible rechazo (que es una creencia inconsciente), y por ello, es posible que en este punto comiencen a alejarse; como pareja, puede que empieces incluso a dudar sobre sus sentimientos hacia ti.
Puede que incluso pienses que parecen personas distintas en comparación a cómo le conociste. Seguiréis teniendo una relación, pero las cosas tal vez ya no se sientan como al principio. Se puede llegar a sentir una montaña rusa. Esto es porque no quieren que te alejes, pero tampoco que te acerques lo suficiente como para ser vulnerable. Es por esto por lo que muchas veces encajan con el apego ansioso; cuando ocurre esto, normalmente tras unos meses de relación, no hay un apego completamente formado con la otra persona. Aquellos individuos con apego ansioso saben adaptarse a las necesidades de los demás, y lo hacen como mecanismo de supervivencia, por lo que puede que al principio se adapten bien a la situación, consiguiendo que la persona con apego evitativo se sienta segura y cómoda. ç
Pero a medida que avanza la relación, y se forma y asienta más el apego, el sistema de apego de ambos se activará más, y ahí es, normalmente, cuando comienzan las discusiones, las inseguridades, las dudas, o los tira y afloja.
6. Priorizan mucho su tiempo a solas
Disfrutan pasando tiempo solos, en su propia compañía, y en ocasiones más que relacionándose con otros. Esto puede causar problemas cuando tienen una relación de cualquier tipo con personas con otro tipo de apego que no entiendan este tipo de comportamiento.
Consejos para personas con parejas con apego evitativo
Por último, algunas cosas que debes tener en cuenta si el apego evitativo no es el tuyo, pero lo has identificado en tu pareja (o él o ella te ha comunicado que tiene este tipo de apego):
1. Dar espacio a tu pareja
No les persigas. Cuando persigues o insistes a alguien que necesita, como necesidad vital, su espacio, terminarán por alejarse. Hazles saber qué es lo que necesitas, pero hay una diferencia entre expresar una necesidad, y demandar, junto con hacer una lista de todas aquellas cosas que no han hecho por ti hasta el momento. A veces, y no solo en el caso de las personas con apego evitativo, las personas no cumplen nuestras expectativas o nuestras necesidades, no porque no quieran hacerlo, sino porque no las conocen. Si siguen sin hacerlo, y ya has optado por expresar de forma asertiva tus necesidades, tal vez sea el momento de dar un paso hacia atrás. Perseguirlos no llevará a ningún sitio bueno.
2. Durante la conversación acerca de un problema
la conversación lleva a una discusión, y ellos expresan su deseo de alejarse, déjales. No los empujes, o les pidas que sigan hablando contigo. Y lo más importante: ¡no asumas que no les importa! Después de que haya pasado un tiempo considerable (unas horas, por ejemplo), continúa con la conversación, pero no con la discusión. Sobre todo, para aquellos que tengáis un apego ansioso, esto tal vez os resultará especialmente complicado. Pero con el tiempo y la práctica, aprenderás a que esto no es sólo beneficioso para tu pareja, sino también para ti. Es bueno alejarse cuando las cosas están demasiado calientes: otorga un espacio para calmarse, volver a uno mismo, al punto inicial y para aclarar las ideas.
Evita que digamos cosas que no sentimos y hacemos cosas que no queremos hacer. Puedes decirles algo como “me gustaría que pudiéramos terminar la conversación si estás preparado/preparada”. Pero también es fundamental que no te olvides de ti tratando de llegar a un punto medio con tu pareja: no tienes por qué esperar para siempre. Dialoga y negocia contigo mismo cuál es el tiempo que estás dispuesto a dejar pasar para volver a la conversación. No podemos forzar a nadie a hablar con nosotros, pero sí podemos respetar nuestras propias necesidades.
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Además, te recordamos que en el pódcast anterior hablamos sobre los tipos de apego en la pareja, donde explicábamos también los estilos de apego y dábamos consejos para identificar tu tipo de apego.